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Descubre cómo medir el rendimiento de tu empresa
Medir la eficiencia y la eficacia de una empresa es muy necesario para conocer cuáles son sus principales puntos fuertes, así como sus principales debilidades, pero aprender a cómo medir el rendimiento de tu empresa es complejo, ya que existen muchas variables a tener en cuenta, que además cambiarán dependiendo del tipo del sector al que te dediques, el tipo de servicios o productos que ofrezcas, el público objetivo, etc.
En este artículo nos enfocaremos en dar algunas ideas clave sobre ello para que puedas entender mejor este complejo pero necesario proceso.
¿Qué es el rendimiento de una empresa?
Antes de aprender cómo medir el rendimiento de una empresa, tenemos que saber qué es.
El rendimiento empresarial o laboral (también conocido como productividad) es la relación que existe entre los resultados obtenidos, los métodos que se han utilizado para conseguirlos, el tiempo empleado para ello y los recursos invertidos. Dentro de esta ecuación, el elemento más variable es el factor humano, es decir, el trabajador, ya que en función de su motivación, sus habilidades y su capacidad de organización y estrategia podrá optimizar o no su desempeño y así mejorar el rendimiento general de la empresa.
En España la productividad es baja respecto al resto de países de la Unión Europea (exceptuando Portugal y Polonia) lo que significa que trabajamos más tiempo para conseguir los mismos resultados.
Cómo medir el rendimiento de una empresa
A la hora de medir el rendimiento de tu empresa, tienes que tener claros cuáles son los factores que van a determinar tu análisis. Habitualmente se establecen los siguientes:
● Tiempo: ¿Cada cuánto tiempo vas a medir el rendimiento? ¿Va a ser anualmente, mensualmente, trimestralmente…? En muchos casos, los objetivos que se hayan establecido son los que determinarán los tiempos y estos variarán en función de tu sector, de tu forma de trabajar, etc.
● Factor humano: ¿El equipo está motivado? ¿Tienes las cualificaciones necesarias? ¿Son eficaces y resolutivos? ¿Cuánto tiempo tardan en realizar sus tareas? ¿Lo hacen bien? Estas son algunas de las preguntas a las que deberás responder.
● Medios: También deberás preguntarte si los trabajadores tienen todas las herramientas y el tiempo necesario para desempeñar su trabajo correctamente y alcanzar sus objetivos.
● Resultados: aquí se incluyen los ingresos, el crecimiento de la empresa, etc. Existen resultados no tangibles como por ejemplo el aumento de la visibilidad de tu negocio sobre todo entre clientes potenciales (brand awareness), que también son importantes para el desarrollo de tu empresa.
Otras formas de medir el rendimiento de una empresa es solicitando evaluaciones de clientes, para conocer su grado de satisfacción, etc., así como encuestas entre los empleados, para conocer desde su punto de vista cómo se podrían mejorar los procesos de trabajo.
A nivel meramente económico, el cálculo de las ventas mensuales o del beneficio neto mensual (ingresos mensuales - gastos mensuales) son las dos formas más comunes de medir tu rendimiento empresarial.
Indicadores de eficiencia y eficacia de una empresa
Para acabar, hablaremos brevemente sobre los indicadores de rendimiento de una empresa. Los indicadores son ese tipo de datos que necesitamos si queremos saber cómo medir el rendimiento de una empresa, ya que permiten analizar toda una serie de variables que arrojan información sobre el buen o mal funcionamiento de nuestra empresa. Estos indicadores pueden medir el número de horas que dedican tus empleados a una tarea determinada o a un proyecto para saber si es rentable o no, por ejemplo.
Existen cientos de indicadores distintos que resultarán más o menos importantes para ti en función de cómo sea tu empresa y a qué se dedique. Una de las principales divisiones para estos indicadores son los indicadores cualitativos y los indicadores cuantitativos. Esto es muy importante porque a la hora de calcular el rendimiento de una empresa, no podemos tener únicamente en cuenta un criterio cuantitativo, es decir, en función de lo producido, sino que debemos tener en cuenta también los criterios cualitativos y, por lo tanto, medir la calidad del producto en función del tiempo y los recursos invertidos.
Indicadores de rendimiento cuantitativos
Se trata de aquellos indicadores de eficiencia y eficacia de una empresa que miden normalmente cantidades de tiempo y de producto, que deben ser divididas entre los recursos invertidos. Para calcularlo, mide el tiempo que se ha tardado en producir un determinado número de productos y lo que ha costado hacerlo. Estos son uno de los indicadores más comunes en empresas de productos y/o servicios de poco valor económico, en las que lo que le importa principalmente es la capacidad de producir grandes cantidades de forma rentable tanto por tiempo como por recursos invertidos.
Por ejemplo, en el caso de un comercial, se mediría cuánto ha vendido en un mes de trabajo y se dividiría por su salario mensual para analizar si ese trabajador es productivo y rentable para la empresa. Por poner otro ejemplo, una fábrica de tornillos, como los que encontramos en cualquier ferretería, puede producir miles de tornillos en un mes, pero si cada uno le supone un gasto de recursos y de tiempo enorme, la cantidad no compensa la inversión y, por lo tanto, o bien el producto se encarece (haciéndolo menos competitivo) o bien se pierde dinero.
Indicadores de rendimiento cualitativos
Estos indicadores miden la calidad del producto producido por encima del tiempo y de la inversión de recursos que supone. Se aplica sobre todo para productos o servicios de gran valor económico en los que se supone que el beneficio va a ser mayor aunque el número de productos u horas de servicio que se vendan sea menor porque la calidad de estos es muy alta y es la principal justificación del valor de los mismos, si la calidad decae sus productos dejarán de venderse.
Volviendo a los ejemplos anteriores, en el caso de un comercial que se dedique a la venta de productos médicos de alta tecnología, la empresa debe entender que el número de ventas va a ser menor, pero cada venta que cierra tendrá un valor muy superior a los comerciales que vendan productos de un valor menor. En el caso de la fábrica de tornillos, si se tratase de una fábrica que produce tipo de tornillo especial, pensado por ejemplo para una maquinaria de gran precisión en el que cada tornillo tiene que estar medido al milímetro, bajar la calidad de sus productos para producir más sería contraproducente y le haría perder clientes.
Busca el equilibrio
Aunque todo criterio dependerá de nuestro tipo de empresa y del producto o servicio que produzcamos, a grandes rasgos podemos decir que para ser productivos debemos encontrar el equilibrio entre la cantidad y la calidad, lo que, idealmente, significa que producimos mucho pero de forma muy eficiente, lo que hace que con una inversión adecuada consigamos unos grandes beneficios.
Para alcanzar el equilibrio óptimo entre cantidad y calidad deberemos analizar de forma continuada nuestros procesos y optimizarlos. Este trabajo es siempre un work in progress, es decir, un proceso de mejora constante en el que de forma continuada iremos avanzando, pero siempre adaptándonos a la realidad cambiante de nuestra propia empresa, de nuestros clientes y de nuestros trabajadores y, sobre todo, del mercado.
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